viernes, 10 de mayo de 2013

Mi lucha contra el cáncer 8

Hoy terminé con mi cuarta quimioterapia. Me faltan sólo dos más y esta pesadilla terminará, espero que, para siempre. No hay mucho que contar. Ya creo haberme acostumbrado a la rutina. Primer día botellas y botellas de suero y dextrosa para hidratarme hasta principios de la tarde. Luego vienen con la botella de la gelatina roja. Esa es la que jode. Arde, quema, duele. Dura unas veinte horas. Sigue otra sesión de sueros, luego más gelatina, otra vez sueros y la última gelatina. Termina. Ingresé al hospital el lunes y hoy viernes me voy a mi casa a pasar dos días sintiéndome como la mierda, para lentamente recuperar mis fuerzas. 
Esta sesión ha sido la menos mala. Sólo he sentido náuseas por momentos pero nada insoportable. 
La mala noticia es que el cirujano que me operó la rodilla, después de mis reiterados reclamos por los intensos dolores que aún tengo en la pierna accedió a hacerme unas radiografías y tomografía. El muy cabrón descubrió que mis dolores e inmovilidad se deben a que la plancha choca contra mi rótula. Cuando le pregunté qué es lo que ha pasado, me respondió al estilo de nuestro presidente; es decir no me dijo nada concreto. Lo que sí es concreto es que me van a tener que trajinar la pierna de nuevo. Me dijo que no me preocupe, que es una cosa sencillísima: simplemente tiene que girar un poco la rótula para que no choque con el metal. Es una operación ambulatoria por medio de laparoscopía. Según él saldré caminando del quirófano. Lo que no sé todavía es quién pagará por los costos de esta intervención. Espero no tener que volver a pelearme con nadie que no quiera cubrirme porque considere que no es parte del tratamiento de mi cáncer.
Continuaré con el desenlace en cuanto tenga noticias.

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