martes, 3 de junio de 2014

El viaje de Humala

  Interesante polémica. No puedo pensar en que Ollanta sea tan huevón como para no saber lo que pasa en todos los ámbitos del país. Para eso existe el servicio de inteligencia, aunque como manejan las cosas no pareciera haber un solo inteligente en el gobierno, salvo –diría yo- Castilla.

  También pensemos que esta discusión empezó antes de la entrevista catastrófica que dio Humala el domingo. ¿La vieron? Fue para llorar y pareció ser el cachaco ignorante, falto de labia y de muñeca política que ya conocemos. No aprovechó la oportunidad dorada de deslindar con el caso de corrupción en Ancash, sino se hizo el cojudo, aunque le sale tan bien que le daría el beneficio de la duda. Para él el país y su economía caminan muy bien y culpa a factores externos por la desaceleración y la cuasi entrada a una crisis económica que vivimos. En lugar de mostrarse firme en la lucha contra la corrupción, insistió en la idea que lanzara un par de meses atrás, de que ya estamos entrando en crisis económica y que será difícil salir de ella. Igualmente dijo que la gente que piensa que a él le faltan pantalones y que hay un desgobierno, está muy equivocada y perciben esa falacia porque él no sale mucho en la prensa, aunque dice que no lo necesita.
 Al referirse a su esposa, dijo con resignación que ella seguirá con el rol que hasta ahora viene jugando. Se portó una vez más como Cosito.

  Estos aspectos me hacen pensar que o es en realidad un pelotudo o al contrario un pendejo de marca mayor, que ya tiene todo amarrado para perpetuarse en el poder. Avala esto último que viene peleándose con todos los partidos políticos y cada día se abre un frente nuevo. Al parecer no entendió la canción “Quiero tener un millón de amigos” y lo que está haciendo es ganarse millones de enemigos.

  A éstas alturas pienso que si no se queda en el poder en el 2016 por alguna triquiñuela, cosa que ningún peruano debe permitir, al término de su mandato los lobos le saltarán al cuello. Existen muchas razones para que ésto pase; las compras militares a dedo, satélite incluido, el caso López Meneses, su cercanía con el presidente y la mafia de Ancash y un amplio número de etcéteras.

Es mi humilde parecer. Y tiemblo de tener razón.

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