Anoche se llevó a cabo el segundo "debate" entre los once candidatos presidenciales que pretenden ocupar la primera magistratura de nuestro país.
Esta vez el evento fue organizado por el Jurado Nacional de Elecciones. La organización(¿o desorganización?) a cargo de una entidad estatal absolutamente burocrática se notó enseguida, en claro contraste con la de hace una semana convocada por una empresa privada. Para empezar debemos decir que la desorganización y el caos fueron totales. No se previó que los candidatos, o sus partidos, harían caso omiso, o en buen cristiano se cagarían en los acuerdo previos de no llevar a sus simpatizantes, verdaderas bandas de Hooligans vociferantes y enardecidas que por supuesto y como era de esperar se agredieron mutuamente y no cesaron de insultarse durante las casi tres horas que duró el evento. Al parecer la consigna que recibieron de sus líderes fue la de hacer el mayor chongo posible.
Las autoridades del JNE consultadas al respecto, no atinaron a dar ninguna respuesta coherente de las medidas que se tomarán para sancionar a los infractores. Lo más seguro es que, como siempre, no pase nada ya que la policía, como casi siempre, no detuvo a nadie. La impunidad salió airosa una vez más, como para no perder la costumbre peruana.
Ahora paso a tratar de sintetizar las intervenciones de los aspirantes a la presidencia que como todos sebemos son once, pero sólo cinco tienen chances reales de hacerse con la victoria. Los otros seis no cuentan para nada. No creo que ni siquiera sus familiares se atrevan a votar por ellos. Ellos, no tan en el fondo, ya lo saben y si tuvieran un poco de dignidad y amor propio se retirarían. Voy a referirme exclusivamente a ellos.
De los seis pitufos uno sólo merece que le llamen político: Rafael Belaúnde, el único con ideas y planteamientos claros y coherentes, aunque demasiado pegado a la herencia política de su padre, dos veces presidente del país y en mi opinión ni remotamente de los mejores, pero sí muy honrado y soñador a carta cabal. Tanto que no se daba cuenta que estaba rodeado de pillos y delincuentes, para decirlo de forma elegante. Y su peor defecto fue que nos legó dos de los peores gobiernos de la historia de la nación; a su primer período inconcluso lo sucedió el nefasto Velasco Alvarado, cuyos errores garrafales aún estamos pagando y en su segundo mandato nos dejó a Alan García que realizó uno de los más desastrozos gobiernos de los que se tienen registrados. Recuerdo que García tiene obsesión por pasar a la historia. Parece que nadie le ha recordado que ya pertenece a ella; como el hombre que batió los récords mundiales en inflación, corrupcción y miseria para su pueblo. Ahora está por batir su propia marca en materia de corrupcción.
Pero me salí un poco de contexto, llevado por el entusiasmos de lo que vimos anoche.
No deseo referirme a los cinco que aún tienen posibilidad de alcanzar resultados decorosos, sino a los seis pitufos. Ya hablé del único que considero serio en ése grupo, ahora daré mi opinión de los otros cinco.
No recuerdo sus nombres, como la mayoría de los peruanos tampoco sabe quiénes son. Los nombraré con chapas que pienso que todos comprenderán. Las damas primero.
-La tía que se autoproclama experta en MYPES y debe tener alguna experiencia en la materia y que menciona programas de la ONU. Su discurso incide mucho en temas medioambientales y gran preocupación por el entorno, pero su gran problema es de comunicación, ya que no domina el idioma y no es fácil entender lo que quiere decir. Me da la impresión de que ella misma no tiene la menor idea de lo que habla.
-El de Chavín; es un caso aparte. Me parece que es único en su especie. Nadie le entiende un carajo de lo que trata de decir porque en realidad no quiere decir nada. Su discurso es al más puro estilo de Cantinflas sin llegar nunca a alcanzar las alturas de Mario Moreno, sin duda por falta de talento.
-El embajador. Un tipo que ha lanzado por la borda el poco prestigio que tenía, junto con su carrera diplomática. Su discuso es soso y su retórica rimbombante. Estoy seguro de que en su etapa como diplomático jamás se expresó de la forma en que lo hace ahora como candidato. No creo que ni siquiera los primeros secretarios del servicio se atrevan a votar por él.
-El fonavista. Un tipo muy especial. Es fan de Haya de la Torre, de de la Puente Uceda el terrorista, de Basadre, Bolognesi, Velasco, los clásicos griegos y romanos y de los abogados. No tiene la más puta idea de lo que ofrece ni de cómo financiarlo, pero no le importa. Lo que expresa es una verdadera ensalada de ideas sin cuajar. Vive intensamente sus cinco minutos de fama sabiendo que de seguro serán los únicos. Parece mucho más orgulloso de haber estado preso en casi todas las prisiones del país,que de ser decano del CAL. Sí, lo es aunque usted no lo crea. Y así nos preguntamos la razón de la baja calidad de nuestros hombres de leyes.
-El Duce. Abogado también. El más pintoresco de los concursantes. Perdón, un lapsus. Quiero decir de los candidatos. Un tipo duro, se la pasó insultando a todos, a los otros candidatos, a los oligarcas, a los imperialistas, a los chilenos, yanquis, militares, civiles y hasta al público en general. Al final de su intervención sacó a relucir un chicote con el que al parecer pretendía, en un súbito ataque de arrepentimiento, que el moderador del evento lo flagelara ante cámaras para expiar sus culpas y que el pueblo lo viera como digno de conducirlo por el camino del éxito durante el próximo lustro.
En mi opinión el mal llamado debate presidencial sirvió, y mucho, para que los peruanos conozcamos mejos a los personajes que pretenden manejar el destino de nuestro país y no votemos de ninguna manera por ellos. Como conclusión no tengo otra cosa que decir más que dieron pena y vergüenza ajena.
Próximamente me referiré a las intervenciones de los cinco con posibilidades
reales. Esperaré a que se dé el nuevo debate anunciado para los próximos días.
¿Y usted qué opina querido compatriota? Anímese a expesarse.
Tienes bastante razón Perro, después del debate los cinco primeros se han estado tirando mierda en carretilla unos a otros. El mudo ya se pasó al decirle borracho y coquero al cholo, éste le dice desleal al gringo que le responde con algo parecido. La gorda carga contra el cholo recordándole a Zaraí, lo mismo que el cachaco bruto. El gordo inquilino de palacio le agraga su rocoto declarando que el cholo tiene una obsesión psicosexual con él y techito responde que será depravación, más bien.
ResponderEliminarRealmente hemos llegado a niveles bajísimos. Nunca se había visto una campaña similar en el mundo, creo.
Gonzalo Carrillo.
Veremos, hasta ahora la cosa está que arde. El tío del chicote es bien gracioso, ewstá para Risas y Salsa. Creo wque voy a votar por el.
ResponderEliminarRaúl del Carmen