lunes, 16 de mayo de 2011

Humala no cambió

En un post anterior nos hacíamos la pregunta de si Humala sería realmente capaz de cambiar. Hoy tenemos la respuesta: ¡NO! es imposible que cambie. Luego de presentar un Plan de Gobierno, una Carta al Perú, una Hoja de Ruta y firmar el Acuerdo Nacional, ni él mismo sabe dónde está parado, cuáles son los objetivos de su gobierno, ni cuáles las promesas que hace y menos de dónde sacará los recursos para llevar a cabo sus reformas. Ya no sabe qué reformas promete, pues hoy te dice algo y al día siguiente, si no en la misma tarde, se desdice y procalma exactamente lo contrario.
 Que voy a nacionalizar los fondos de pensiones para un reparto equitativo, pero no voy a tocar las cuentas personales de las AFP. Lo dijo y si lo dijo es porque se le pasó por la mente y si se le pasó por la mente es porque ya lo han hecho en otro lado, como por ejemplo en Argentina. ¿Entonces qué le puedo creer? En los últimos quince días se han retirado de las AFPs más de noventa millones de soles, que con toda seguridad salieron del país buscando seguridad.
 Que voy a bajar el balón de gas a doce soles. No, lo que voy a bajar es el gas de Camisea, renegociando los términos del contrato. Voy a revisar los TLCs para que no sean lesivos al Perú, pero voy a priorizar el comercio internacional para que el Perú aproveche la globalización. ¿Cómo es la cosa? Ya parece Mario Moreno Cantinflas en sus discursos de "Si yo fuera diputado", nadie le entiende nada. La verdad es que el comandante retirado tiene no dos, sino muchos discursos. Tiene uno para cada audiencia. Ya está como Groucho Marx que decía "éstos sin mis principios, pero si no le gustan no haty problema; tengo otros".

 Ahora el problema es que Humala podrá tener muchos discursos, cartas, compromisos, hojas de ruta, planes y dichos, pero un sólo objetivo: La Toma del Poder, que es el objetivo primigenio, el mismo de cuando empezó con el levantamiento de Locumba, seguido por el sangriento Andahuaylazo y ahora, por segunda vez, lo intenta por la vía electoral. Pero nadie me podrá quitar de la cabeza que si consigue su propósito de llegar al poder, de inmediato implementará los mecanismos para eternizarse en el sillón y hará todo aquello que ha prometido no hacer, por lo tanto no votaré por él de ninguna manera.

 No me dejaré engañar otra vez, ahora que el Perú está en ruta hacia el desarrollo y la riqueza. Pueden todos los desubicados venir a tratar de convencerme de votar en blanco o viciado porque sería un papelón tener de presidente a la hija del dictador japonés, que no les escucharé. Votaré por ella, porque me parece que es mejor que humala. Mucho más seguro.

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