Standard & Poor´s una de las tres agencias que deciden la suerte de la economía de los países mediante un control oligopólico de la calificación de las deudas públicas, ha degradado a EEUU por primera vez en su historia. Dejando de lado el debate sobre las causas de fondo que subyacen en el actual caos financiero internacional, resulta cuanto menos un pésimo chiste que aún se le reconozca a S&P y a sus dos agencias “siamesas” autoridad moral para juzgar la economía de USA, si se considera que ellas, con unas actuaciones que no han sido suficientemente investigadas, tienen una enorme responsabilidad en el estallido de la crisis y en el consecuente agravamiento del desbarajuste presupuestario que ya arrastraba desde hace años el país. Si la deuda se ha disparado durante el mandato de Obama es porque el gobierno ha intentado afrontar esa crisis con inyecciones multimillonarias al sistema financiero y, ahora, con una política de estímulos para activar la economía. Pero S&P prefiere otras recetas y, en ese sentido, su decisión encaja en la estrategia de la derecha de acosar a Obama para arrancarle más concesiones de las que ya hizo para alcanzar hace pocos días un acuerdo sobre el techo de la deuda. El presidente aceptó, entre otras cosas, drásticos recortes sociales que afectarán a millones de ciudadanos, mayormente de escasos recursos. Pero eso no es suficiente para S&P, para la derecha y para los tiburones al acecho. En los dos años y medio de Obama, el ratio deuda/PBI ha aumentado nueve puntos. En los dos cuatrienios de Bush subió 27,8 puntos. Y en los del liberal Reagan, 20,6 puntos. En esos casos, por aventuras bélicas y armamentistas. ¿Dónde estaban entonces las agencias?
marco scwhartz.
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