El domingo recibí la invitación de un amigo a la presentación de la candidatura presidencial de Rafael Belaúnde Aubry y de su partido ADELANTE. Era la primera vez que asistía a un acto semejante. Debo aclarar que no soy político ni militante de ningún partido. Es más, podría considerarme un apolítico y creo estar muy cerca de odiar a la clase política, que tanto daño le ha hecho, y sigue haciéndoselo, a nuestro querido Perú.
Belaúnde es un ingeniero de minas que, como su padre, ha recorrido casi todo el país. Me cayó simpático y me pareció un hombre honesto. Dicen que a las personas se les cataloga por la primera impresión y que generalmente esa percepción no falla. Es lo que yo creo.
Dijo, con franqueza, que había tratado inutilmente de formar alianzas con otras agrupaciones, pero que no "le dieron bola". Me parece que su más grande decepción fue cuando comprobó que en el partido que fundara su padre, hoy en vías de extinción, la única preocupación y programa es conseguir algunos cupos en las listas parlamentarias de partidos más fuertes, para sus jerarcas de siempre que desean más que nada en el mundo, continuar gozando de la mamadera estatal, que paga nuestros bolsillos.
Los políticos tradicionales, como los bautizó Fujimori, no tienen cura. Todos son iguales y parece que el mal es contagioso, pues los recién llegados al poder, aprenden y adoptan muy pronto todas las mañas de los curtidos "otorongos". Concluyo pues, que no existen políticos tradicionales, sino todo aquél que llega a ocupar un cargo público lo hace con afan de lucro e inmediatamente se convierte en profesional.
No me pareció el caso de Belaúnde y sus compañeros de fórmula: Luis De Stéfano Beltrán y Sixto Vilcas Solano. Científico con PHD de una prestigiosa universidad norteamericana, el primero y trabajador y dirigente minero, hijo de campesinos, el segundo. Los tres dan la impresión de ser gente honesta y comprometida, que cree realmente que puede hacer algo por mejorar el Perú. Su programa es bastante interesante y novedoso.
Espero de corazón, que tengan suerte y coloquen aunque sea tres representantes en el congreso, pues ganar la presidencia, y eso bien lo sabe Rafael, es una utopía... aunque ¿alguien conocía a Fujimori antes de que fuera presidente?
¡VAMOS ADELANTE QUE EL PERÚ REQUIERE DE GENTE NUEVA COMPROMETIDA Y TRABAJADORA!
No hay comentarios:
Publicar un comentario